victimismo manipulador

Victimismo manipulador: qué es, señales para reconocerlo y cómo tratar con un victimista

¿Qué es el victimismo manipulador?

Hay un tipo de maltrato psicológico que me gusta mucho. Este en concreto es mi favorito. Me gusta, más bien, haberlo descubierto, entenderlo, identificarlo… no ejercerlo, evidentemente. Este maltrato es el victimismo manipulador.

El victimismo manipulador consiste en adoptar el rol o actitud de víctima y expresar y desahogar al otro tus sufrimientos, problemas y miserias para así obtener algo a cambio: favores, atención, ego, control, alivio momentáneo de tu malestar o simplemente justificar tus errores. (Ver nuestro Diccionario del Maltrato Psicológico).

Es maravilloso entender que cuando alguien adopta el rol de víctima, habitualmente lo que actúa es como maltratador. Y curioso ver que cuando uno adopta el rol de persona culpable, de mala e indigna de amor y de comprensión, y asume que ella es el problema, más bien, esa persona suele ser la víctima. El victimista no suele ser la víctima sino el victimario.

De hecho, ese discurso de que ella es la culpable y la mala, tiene su origen en que algún maltratador le ha comido la cabeza bombardeándole de ese tipo de mensajes para culpabilizarla y fagocitarla.

La radical diferencia entre el victimista y la víctima real es que el primero no reconoce ni por asomo que él tenga que cambiar, sin embargo, él segundo, sí. Por tanto, ya sabemos quién de los dos es más soberbio.

Victimismo vs. responsabilidad emocional

Hagamos una puntualización: el victimismo no consiste en contarle nuestros problemas a otro, eso de hecho puede ser signo de responsabilidad, de reconocer que hay un problema que solucionar, o una forma de pedir ayuda. El victimismo manipulador consiste, más bien, en hacerlo con actitud de víctima y en tono de queja, es decir, presentándose como bueno y perfecto, como corderito manso y sin mancha, y echando toda la culpa y la responsabilidad fuera.

La clave está en que el victimisma no reconoce su responsabilidad ni sus errores. Él no tiene la culpa y por tanto él no tiene que cambiar. El que tiene que cambiar es el otro y quienes tienen que hacer algo y ayudarle son los demás. Esto, claro está, ejerce una presión y una culpabilidad sobre todo el que no satisfaga las demandas del victimista.

No es malo hablar de nuestros problemas, de hecho, muchas veces es necesario para poder pedir ayuda o para solucionar un conflicto cuando de verdad somos heridos por otro. Pero siempre hay que hacerlo de igual a igual, con actitud responsable y humilde, dispuestos a reconocer los errores por nuestra parte.

Diferencia entre víctima o victimista

¡Y ojo!, a lo mejor algunos victimistas tienen razón y son víctimas de verdad y realmente les han herido. El problema es que, parece ser que, en algún momento de su humillación y de su quiebra emocional, el dolor, la desesperanza y la tentación han permitido que un día creyeran que para dejar de ser víctimas el único camino era convertirse en verdugos. Y ahora son malos. Fueron víctimas en el pasado, si, pero ahora son maltratadores. Y viven dañando a otros en lugar de ocupándose de sus problemas.

Eso les pone en una situación muy penosa y en una realidad que difícilmente aceptarán: ahora los mayores culpables de su sufrimiento y de sus problemas son ellos mismos, porque decidieron tirar la toalla y dejar de buscar cómo solucionar su vida y, por tanto, ya solo podrán ir a peor. Esto es lo que pasa cuando uno se niega a la esperanza: ya nada bueno les puede pasar.

Pero hay otras víctimas que, a pesar de serlo, esperan y confían, actúan y hacen lo que pueden y no dejan que el mal les tiente y les hagan odiar lo que aman. De estos, algunos salen adelante (cuando encuentras los recursos necesario), otros simplemente enferman (prefieren eso antes que pagarla con los demás) y otros se desesperan y se suicidan. En el fondo, todos estos son buenos, porque prefieren el dolor de sanar o bien el problema de la enfermedad (la depresión, el alcohol, la ansiedad, etc.) e incluso morir antes que joder a los demás.

Por eso, en el fondo, los victimistas que maltratan son realmente unos hijos de puta más grandes que la madre que los parió, que prefieren joderte la vida a ti que solucionar la suya propia. Porque son unos envidiosos y unos mediocres. Además, son tremendamente cansinos y disfrutan manipulando. Y la única manera sana de relacionarse con estos tipos es pasar de ellos y tenerlos lejos.

Cómo tratar con un manipulador victimista

No discutas con ellos y no les recrimines su actitud egoísta porque te atacarán con todo su arsenal. No les eches la culpa, pues no la reconocerán, pero si puedes llamarles a la responsabilidad: culpable es quien hizo el mal (ahí mejor no entrar), pero responsable es quien tiene la capacidad de hacer algo para solucionarlo. Normalmente ellos pueden solucionarlo (o pedir ayuda) pero no quieren hacerlo por puro orgullo.

Por otro lado, nunca les des lo que piden porque no suelen pedir lo que verdaderamente necesitan. Si quieres ayudarles, pídeles antes que se comprometan también ellos. Pero no malgastes tu tiempo con ellos. Como dijo Jesús de Nazaret, no hay que echarle perlas a los cerdos.

No argumentes con ellos ni intentes convencerles o hacer que te comprendan. No lo harán. No quieren hacerlo. La palabra que menos soportan en el mundo es «No». Dísela y verás cómo se retuercen. Nunca aceptan un no por respuesta. Por lo tanto, no les intentes convencer, simplemente diles que has tomado una decisión y que no te importa si ellos no la aprueban.

Pero lo mejor, en todo caso, es alejarte de ellos. Normalmente, si quieres alejarlos de ti, es fácil: diles que les ayudarás, que caminarás a su lado, pero que ellos también tienen que caminar, y verás cómo salen corriendo. Y si no huyen, quizás les quede aún un poquito de conciencia y de humildad. En ese caso, ayúdales, con cuidado pues aún son peligrosos, pero aún hay esperanza.

¿Necesitas ayuda profesional?

Solicita una consulta telefónica gratuita de 15 min con uno de nuestros psicólgos para ver cómo podemos ayudarte con el problema que tengas. Encontraremos juntos una solución.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.