El coaching académico: un método para el rendimiento escolar

En nuestro artículo ¿Qué es el coaching académico? explicamos la definición, los beneficios y la vocación que posee esta nueva labor pedagógica en el proceso formativo de nuestros alumnos. Pero ¿y cómo se consiguen estos extraordinarios resultados? Esto es justo lo que queremos explicar en este artículo sobre el método que empleamos en este servicio nuevo y revolucionario.

El coaching académico aporta principalmente 4 elementos clave para el procurar el desarrollo académico los estudiantes: orientación, motivación, formación y entrenamiento de las capacidades. En otras palabras, un buen coach nos hace de guía en el camino y nos ayuda a adquirir la energía para recorrerlo, los conocimientos técnicos necesarios para desenvolvernos durante el trayecto y nos entrena para ello. En síntesis: querer, poder y saber formarse.

Motivación para estudiar

El mayor aporte del coaching académico con respecto a otros profesionales de la enseñanza es la motivación del alumno y su capacidad para estimularla.

Porque no solo formamos en Técnicas de Estudio, sino que trabajamos exhaustivamente su motivación, que es, sin lugar a dudas, la variable más importante para mejorar el aprendizaje de un estudiante.

Porque el problema principal del fracaso escolar no está en que los alumnos no sepan estudiar, sino en que no les interesa. El sistema educativo está diseñado para atender a los intereses de un solo tipo de alumno: el alumno empollón, el memorístico.

El sistema no estimula al alumno investigador, al creativo, al reflexivo, al moral, al social, al sensible, al empático, al comunicador, al quinestésico, al práctico, al científico, al curioso, etc. Por tanto, a estos estudiantes, por muchas técnicas de estudio que les des, si no conectan con ese método de aprendizaje, no darán lo mejor de sí mismos.

Orientación: para estudiar eficazmente

Es súper importante orientar a cada alumno de forma individual, creativa y única, porque ningún niño es igual que otro. Y es súper importante ayudar a cada alumno a encontrar o crear su propio método de estudio, adaptado a su estilo de aprendizaje, sus capacidades, sus intereses y sus necesidades.

Por último, es súper importante, ayudar a que el alumno sea feliz y descubra su potencial y sus ilusiones, solo así será feliz estudiando y se motivará. El coach académico aspira a ser ese profesor que les lleve el entusiasmo y la pasión por aprender y más allá de ello, la pasión y el entusiasmo por vivir.

Pero para ello será necesario realizar todo un programa de intervención psicológica y personal, destinado a reorientar su actitud para que cambie el chip y pueda transformar su mentalidad y su voluntad para hacerse más maduros, efectivos y responsables.

Formación: para aprender a estudiar

En cuanto a formación, el coach académico no solo enseña técnicas de estudio —al menos no los del Centro IPæ—, sino que trata de suplir toda la formación académica que necesita para amueblar el pensamiento de los estudiantes y que el sistema educativo restringe a sus usuarios; conocimientos tales como: formación en filosofía (que solo se da en bachillerato), métodos de investigación, perspectiva crítica, psicología del estudio y del aprendizaje, e incluso esa formación tan relevante para nuestro desarrollo que nos han robado y censurado: la Antropología, el conocimiento personal y la Ética.

Entrenamiento de las capacidades intelectuales

Y en cuanto al desarrollo de las capacidades, el coach académico se convierte más que nunca en entrenador para hacer que el alumno desarrolle las aptitudes intelectuales más importantes para su formación: la enseñanza de la escritura, de la oratoria, la exposición argumentativa, la expresión creativa, habilidades de organización y, lo que a nosotros más nos apasiona en el Centro IPæ: la sensibilidad hacia la percepción de la belleza.

Una nueva revolución en la pedagogía

Sin ser presuntuoso, me gustaría predecir que el coach académico podría convertirse en una figura clave de la enseñanza moderna del siglo XXI, puesto que aborda el problema de la enseñanza desde una perspectiva integral y personalizada, y no desde un sistema estructurado e industrializado.

Con el coaching académico queremos recuperar la figura del maestro, del mentor, tal y como era en un principio, en esa época clásica donde afloraba el pensamiento en Europa y algunas zonas de Asia, donde el maestro era un guía y el centro del aprendizaje estaba en el alumno que preguntaba, que leía, que exponía sus ideas y que investigaba. Esto es lo que se llama pedagogía centrada en el alumno, es decir, en la persona, sus capacidades, su motivación y su perspectiva.

En los mejores sistemas educativos del mundo, los profesores han dado un paso atrás cediendo protagonismo al alumno, y se han convertido en guías y motivadores más que en expertos y evaluadores. Como decía C.S. Lewis, la labor del educador moderno no consiste en talar árboles sino en irrigar desiertos; es decir, la función del profesor moderno consiste más en motivar y dar herramientas que en evaluar —talar árboles— y valorar quien es apto y quién no para el proceso de selección que pretendía la antigua sociedad industrial.

Estos nuevos sistemas de enseñanza han dado todo un cambio de paradigma: han dejado de darle importancia a las matemáticas y a la sintaxis, para centrarse en las artes, el deporte, la socialización y la comunicación; han sustituido la memorización por la investigación y han equilibrado la insidiosa adquisición de conocimientos a favor del desarrollo de las aptitudes y las actitudes personales, que son las que nos hacen competentes como profesionales y como personas. Y es precisamente esto lo que hace un coach académico.

¿Es esta o no la enseñanza del futuro?

Los profesores del siglo XXI nos hemos reinventado: ahora somos coaches.

Descubre nuestro coaching académico

Si te interesa la idea, puedes conocer nuestro servicio de coaching académico para enseñar la motivación y las claves para estudiar mejor.