¿Qué es el coaching académico? Coaching para estudiar
La verdad es que muchos de los padres a los que les cuento que una de mis especialidades es el coaching académico, o coaching para estudiar, se quedan un poco igual que de no haberles dicho nada. Es por ello que he decidido escribir un artículo presentando un poco el gran potencial de esta innovadora especialidad profesional.
Lo primero que será entender es qué es el coaching en general y luego podremos hablar del coaching que algunos llamamos académico: un coaching específico para estudiar. Para ello, os invitamos a leer primero nuestro artículo: El coaching: la nueva ciencia del Desarrollo Personal
El coaching académico: una nueva forma de enseñar a estudiar
Un buen maestro escucha más que habla, calla más de lo que dice, pregunta más que responde, guía más que enseña, sugiere más que afirma, ilusiona más que resuelve y se sirve de la Belleza más que de la Verdad (J.C. Beato).
Tras acercarnos un poco al coaching, podemos comprender mejor la rama del coaching académico. Lo podríamos situar cerca del coaching laboral o el coaching de productividad, pero más enfocado en un coaching para estudiar mejor.
En resumidas cuentas, el coaching académico es un seguimiento personal enfocado a ayudar a los alumnos a mejorar en sus estudios. Si antes hablábamos de desarrollo personal, ahora hablamos de desarrollo académico o rendimiento académico. La idea es proporcionar un antes y un después —un punto de inflexión— en su vida académica para impulsarla, y aportarle las pautas para conseguir sus propósitos académicos y profesionales.
¿Qué es mejor coaching académico o clases particulares?
Algunos no ven la diferencia entre este tipo de coaching y una academia o unas simples clases particulares, pero la realidad es que el coaching académico no tiene nada que ver.
La primera diferencia con respecto a las clases particulares está en los temas que abordan una sesión de coaching, que son muy distintos a los que se exponen en una clase. En una clase particular se habla de mates, de inglés o de sintaxis y, aunque el coach académico también trata las distintas asignaturas, sin embargo se enfoca en dar herramientas psicológicas y personales y no en explicar el temario. El coach académico puede partir de las dudas que trae el alumno pero el tema acaba derivando en la persona: lo que hace, el método que utiliza, sus cualidades, su estado, su motivación o los consejos que necesita para resolver estas dudas por sí mismo.
Por otro lado, las academias suelen funcionar igual que el sistema educativo: son como el instituto pero por la tarde, utilizando la misma pedagogía para todos, adaptándose poco a las características psicológicas e intelectuales de los alumnos. Porque un profesor particular o de academia no suele saber mucho sobre Psicología, Antropología, Coaching, ni siquiera sobre Pedagogía, sino más bien entiende de Matemáticas, de Inglés o de la asignatura en cuestión.
¿Coaching académico o psicologo educativo?
Lo más parecido a un coach académico sería un psicólogo educativo, que también realiza esta labor de orientador educativo. No obstante hay varias diferencias:
El psicólogo educativo trabaja más con alumnos que poseen necesidades educativas especiales, es decir, estudiantes con alguna discapacidad, con altas capacidades, con algún trastorno del aprendizaje o con algún tipo de limitación que requiere de una atención especializada para integrarle bien en el sistema educativo.
El coaching para estudiar atiende a cualquier alumno (no solo de los que tienen necesidades especiales) y les ayuda a descubrir y desarrollar sus capacidades, les orienta, les entrena y optimiza su rendimiento en cada asignatura. Y no busca tanto que se adapten al sistema educativo sino al contrario: aportarles un sistema que se adapte a ellos, ayudarles a desarrollar un método de estudio a medida para ellos y que, como consecuencia, la mejora se refleje en sus resultados y en sus notas.
¿Qué nos aporta el coaching académico?
El principal problema que soluciona el coach académico es este: el llamado fracaso escolar. Un problema que no es ni psicológico, ni social, ni clínico.
Este es un problema que suele abordar la figura del orientador escolar, sin embargo casi nunca se trata de forma completa ni integral, ni con una intervención de calidad destinada a sacar lo mejor de cada alumno, puesto que el sistema no ofrece al orientador las herramientas ni las posibilidades reales para hacerlo. El orientador escolar suele dedicarse más bien a apagar fuegos para que los alumnos con más dificultades sobrevivan más o menos al sistema y se adapten a él. Pero no les da las herramientas para optimizar su potencial. Buscan la igualdad: que todos tengan las mismas oportunidades. El coaching más bien busca lo que les distingue y les hace especiales para que destaquen.
El psicólogo es más terapeuta, el coach es más orientador y motivador. Por eso es ideal para ese alumno que simplemente no estudia porque no quiere, porque no le gusta, porque le cuesta, por ser torpe o muy despistado, porque no sabe estudiar, o sencillamente por vago e irresponsable pero sin tener ningún tipo de problema mental. Pero sobre todo, es ideal para ese maravilloso alumno que está súper perdido en el sistema educativo porque no encaja en el pésimo molde que este nos propone, ese alumno que ni los maestros ni los padres saben ya qué hacer con él pero que tiene una capacidad extraordinaria que nadie sabe ayudarle a sacar. Por último, por supuesto es bueno para aquellos alumnos que tienen interés en estudiar y van bien en el sistema, pero que quieren ir mucho mejor y sacar una buena nota para acceder a alguna carrera o a alguna plaza.
Lo bueno del Centro IPæ es que a nivel pedagógico somos ambas cosas: psicólogos, terapeutas y coaches: tratamos todo tipo de problemáticas relacionadas con el aprendizaje y además les guiamos para que desarrollen su máximo potencial.
También diré que el coach académico da respuesta a un gran problema que tiene este sistema de enseñanza anticuado y nefasto y es que nadie enseña a los alumnos a estudiar. Les dan un temario y les ponen un examen pero no les dicen cómo hacer para meterse la información en la cabeza para aprobarlo. Los que tienen suerte y poseen una capacidad memorística mayor avanzan —aunque nunca aprenden realmente dado que todo se les olvida rápidamente—, sin embargo, los que poseen otro tipo de capacidades o actitudes se las ven negras para progresar en el sistema.
Para colmo, el sistema educativo hace dependientes a los niños para estudiar y no saben estudiar solos. De ahí que se vea a la mayoría de los padres obligados a sentarse con sus hijos para estudiar o a pagarles unas clases particulares, que es lo mismo que el colegio pero por las tardes. Esto es porque el sistema está excesivamente centrado en la figura del profesor, de manera que siempre necesitan a alguien al lado para aprender. Y lo peor de todo es que cuando el profesor falla —al ser lo principal—, todo falla, si el maestro es malo, aprobar y aprender se vuelve imposible.
El coaching académico: la mejor solución al fracaso escolar
El coaching académico también resuelve este problema, ya que se centra en aportar al alumno una total autonomía para sus estudios. Desde mi perspectiva, las clases particulares son pan para hoy y hambre para mañana porque tampoco enseñan técnicas de estudio ni el desarrollo madurativo que el alumno necesita para ser autónomo. Como dice el refrán: dale un pez a un pobre y comerá hoy, enséñale a pescar y comerá toda su vida. El coaching académico consiste en enseñarle a pescar.
En el coaching le enseñamos a ser autodidacta, a investigar, a buscarse la vida, para que realmente no necesite nunca más ningún profesor particular. De esta manera podrá desenvolverse bien para aprender tenga el profesor que tenga y sea como sea el sistema.
Si te ha interesado este nuevo enfoque, te invitamos a conocer nuestro método en la continuación de este artículo: Un método revolucionario detrás del coaching académico. Y si necesitas que te ayudemos, no dudes en contactar con nosotros para trabajar juntos en tus objetivos académicos y personales.
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